sábado, 9 de noviembre de 2013

Solsticio.

Podría decir con demasiada facilidad y con pasmosa rapidez 
que prácticamente ya nadie escapa de amoldarse a los estereotipos y a la configuración repetitiva 
y "normal" de todas las personas.

 Podría decir que esto sucede porque existe cierta segregación; 
que no hay un buen sitio reservado en el mundo para los que no cumplen las normas 

que han terminado por imponerse en este

Pero también podría decir que esas normas no son más que burdas imitaciones sustitutas, en las civilizaciones, de las normas y los principios que mandan en la naturaleza. 
Y digo burdas no solo por su rudeza 
sino también por su falta de coherencia, 
por su carácter tan poco empático, por su poca lógica y por su trasfondo oscuro y completamente hipócrita
Hipocresía. 
Es esa la base del mundo en que vivimos 
sino nos oponemos a lo que quieren imponer a la fuerza. 
Y si, sería más fácil dejar mis quejas e ideales a un lado y hacer descansar a mi cabeza 
pero me repugna de sobremanera pensar que, 
si cedo, 
si consiguen amansarme, 
serán ellos los que ganen. 


Pequeño triunfo, pero ganarían a "uno más" para el éxito completo de su sistema 

Y a pesar de la comodidad de aceptar una vida pautada, 
yo no vendería mi identidad a cambio de una existencia plácida y sosegada. 
Quizás es porque mis pensamientos son obsesivos, 
exagerados y cada vez me vuelvo más radical. 
Pero, ¿cómo no oponerse sabiendo que todo lo impusieron con un objetivo que no nos gusta ni nos beneficia? 
Los que confeccionaron todo esto viven en un mundo de valores muy distintos a los míos

Parece mentira que existan tan pocas esperanzas para la libertad del espíritu, 
que haya tan poco espacio para dejar crecer 
a sus anchas
 la esencia de las personas, y que, 
a la vez, se permita la sobrepoblación de prohibiciones. 


Creía que la exageración de todos esos puntos que conforman algo

 que abatir y eliminar 
solo se presenta tan evidente cuando la observas durante mucho tiempo
 y llegas a conocerla milímetro por milímetro. 

Pero realmente, 
me doy cuenta de que 
no es la obsesión que crea un bucle tan repetitivo en nuestra mente lo que aumenta los contrastes; 
no hay un filtro que distorsione la realidad del mundo en que vivimos. 
Tal visión, es solo la única realidad que existe,
 en su forma más pura distorsionada y deformada por las manos del poder, 
que toman confianza para amasar nuestro camino a seguir cuando tienen suficiente espacio.

Aquí todos tienen mucho de que quejarse, 
pero al final nadie es capaz de dar la cara a cambio de ocupar ese espacio que tanta falta les hace para controlarnos y que nos pertenece ilegítimamente. 
Todo el mundo termina por acobardarse a la hora de mostrarse contrario a la sociedad,
 y mientras algunos debaten para ellos mismos 
si mostrarse finalmente al mundo vale la pena
 y terminan por decidir que es un precio demasiado alto a pagar, 
no para de debatirse en cenas capitalistas que unos pocos "anti-sistema" marginados no van a conseguir nada. 

Que le vamos a hacer, 

como más grande es la ciudad, más grande es el egocentrismo de sus gentes