para tratar de camuflarme entre los simples y los mediocres,
entre aquellas sombras,
sombras de lo que fuisteis, os llamaronPutas sombras de algodón de azúcar.
Tengo una soledad que bombea en cada arteria, que llega hasta cada recóndito escondite amargo
disipándose hasta la exquisitez
Dejandose emanar por las paredes,
creando riachuelos, mares de lodo rojos
y negros
Tengo una dulzura que ya no sé que hacer con ella, he pensado en tirarla al cielo
y ojalá se la quede el viento
y ojalá llueva dulce,
y ojalá así no nos amarguemos tanto
Y tengo una soledad, que me sirve de todo, que me refugia del lodo
espeso, e inerteQue hace que comprenda hasta los movimientos más incomprensibles
hasta las palabras mas inexpresivas que atraviesan mis tímpanos
hasta tus gritostengo un saco de gritos que no se que hacer
si cerrarlo y quedarme muda,
o enrabietar-me con él