Quise salvarte del frío,
pero no se me ocurrió abrazarte hasta que fue ( demasiado ) tarde
Quise que cuando abundaban más las lágrimas que las sonrisas éstas albergasen algo de esperanza
y nos bañasen curándonos las heridas
Llevo demasiadas capas de ausencia para sentirme arropada
y me abrigué en exceso para no necesitar de abrazos
A veces la oveja perdida no reconoce a quién la encuentra,
ni quiere que la salven
Solo quiere sentirse protegida por más oscuro que sea el bosque.