viernes, 1 de agosto de 2014

Llamé al futuro y no lo cogió nadie

A si que aquí estoy, quieta.
desnuda,en una esquina sujetando por el extremo esa sábana que me ayudó a dormir
 en tantas noches de desvelo, de pesadillas y de quejas interminables hacia tu ausencia 
Los pies fríos, y la cabeza caliente. Y el teléfono en la mano
Sonando, incesante, a una llamada que nadie cogerá

Es el destino, me digo, es el puto karma
que me la quiere devolver con creces
después de tantos años de mimos, de caricias oscuras y de susurros incontenibles
decide darme la espalda, y clavármela hondo
tan hondo que creo que ya ni sangro
Qué pena que ya ni sangro,me digo...

Hubo una época atrás en la que no paraba, no hacia más que brotar de mí,
eran  profundas, hondas y pesadas
Sonaban fuerte contra el suelo, chirridos crujientes en mi madera me alertaban
de qué, me preguntaba

De esto.
De que no iba a sangrar más, por muy hondo que fuese la hoja que me cortase 

A si que aquí estoy
En una esquina, desnuda, y agarrando el pico de esa sábana que de tanto me salvó

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