y una sonrisa pintada en los labios
decidido a derribar todo lo que me hacia persona,
y dejándome en puto cariño y ternura
Le veo amanecer, entrelazado con mis piernas,
y con esa enorme sonrisa de oreja a oreja
Sin importarle nada más que lo que hay en estas dichosas cuatro paredes perfumadas
Nosotrosy que arda puta Troya
Lo demás, es inexistente cuando siento su mano en mi abdomen
Rodeándome la cintura, con fuerza para no escaparme,
pero no sabe, que lo último que querría hacer ahora mismo
es huir de esto,
de mi persona
Nadie huye de su persona.
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